Diana y Dodi, quienes estaban en una relación sentimental y se rumoreaba que planeaban casarse, perdieron la vida cuando su vehículo, conducido por Henry Paul, colisionó en el túnel de Pont de l’Alma. La versión oficial atribuyó el accidente a la conducción imprudente de Paul, quien tenía un nivel de alcohol en sangre tres veces superior al permitido. Sin embargo, Al-Fayed ha descalificado esta explicación, sugiriendo que su hijo y la princesa fueron víctimas de un complot orquestado por fuerzas poderosas que deseaban silenciar su relación.