Desde pequeña, Flor mostró su amor por la música, influenciada por su madre, quien cultivó un hogar donde la música era parte esencial de la vida familiar. A sus 13 años, comenzó a abrirse camino en el mundo del entretenimiento, y su valentía la llevó a debutar en el famoso teatro del pueblo, donde su poderosa voz cautivó a todos. Con el tiempo, adoptó el nombre artístico de Flor Silvestre, en homenaje a una película de Dolores del Río, y se convirtió en una de las figuras más queridas del país.