El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, estalló en su intervención en el Senado argentino, dejando a todos los presentes atónitos. En un discurso cargado de energía, Bukele compartió la transformación radical de su país, que pasó de ser el más peligroso del mundo a un ejemplo de seguridad en la región. Con cifras impactantes, reveló que la tasa de homicidios en El Salvador era de 103 por cada 100,000 habitantes, superando incluso a países en guerra como Irak y Siria.
La situación en El Salvador ha cambiado drásticamente gracias a un plan de siete fases que incluyó desde el control de cárceles hasta la inclusión social de la juventud. Bukele enfatizó la necesidad de actuar con rapidez y determinación ante la amenaza de las pandillas, que controlaban el 85% del territorio salvadoreño. La respuesta del gobierno fue contundente: una ofensiva total contra el crimen, apoyada por la población y las instituciones del país.
Durante su discurso, el presidente también se dirigió a la senadora de Santa Fe, quien planteó la problemática del narcotráfico en Argentina. Bukele ofreció su experiencia, subrayando que la solución requiere un enfoque integral y el compromiso de todos los sectores de la sociedad. La clave, según él, radica en ofrecer oportunidades reales a los jóvenes para alejarlos del crimen.
Este encuentro en Argentina no solo marcó un hito en la cooperación entre ambos países, sino que también dejó claro que la lucha contra la delincuencia requiere decisión y unidad. Con un futuro prometedor en términos de seguridad y desarrollo económico, Bukele instó a Argentina a tomar medidas firmes para enfrentar su propia crisis de seguridad. La pregunta ahora es: ¿seguirá Argentina el ejemplo de El Salvador? La urgencia de la situación no puede ser ignorada.