El gobierno colombiano ha desatado una tormenta de controversia tras anunciar su apoyo incondicional a Sudáfrica en su demanda contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). En una declaración oficial, el presidente Gustavo Petro expresó su grave preocupación por la situación en Gaza, donde Sudáfrica acusa a Israel de genocidio contra el pueblo palestino. Esta postura ha generado un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional, con críticas que apuntan a una supuesta doble moral en la política exterior de Colombia.

La demanda sudafricana, que se extiende a lo largo de 84 páginas, solicita a la CIJ que emita de manera urgente una orden para que Israel cese sus operaciones militares en Gaza. La comunidad internacional observa con atención este caso que podría redefinir las relaciones geopolíticas en Oriente Medio. Petro ha subrayado la necesidad de abordar la crisis de manera pacífica y justa, instando a ambas partes a cooperar plenamente con la CIJ.

Sin embargo, la reacción ha sido explosiva. Críticos acusan al presidente de ser inconsistente, señalando que mientras Colombia enfrenta sus propios desafíos internos en derechos humanos, se posiciona como defensor de causas internacionales. La audiencia ante la CIJ está programada para el 11 de enero y se anticipa que el desenlace tendrá repercusiones significativas.

El respaldo de Petro a esta demanda ha polarizado a la opinión pública. ¿Es un acto de valentía política o una jugada arriesgada que podría aislar a Colombia en el escenario global? La presión sobre el presidente aumenta, mientras el país se enfrenta a un dilema moral y diplomático. Las voces a favor y en contra se multiplican en las redes sociales, y el futuro de la política exterior colombiana pende de un hilo. ¡La comunidad internacional está atenta!