Una tragedia sin precedentes ha sacudido a Guatemala: una estudiante de apenas 11 años ha asesinado a su maestro, Pedro Enrique Herrera Telo, en un acto de violencia que ha dejado a la comunidad en estado de shock. El suceso ocurrió el 23 de julio de 2025, en el aula de la escuela rural Cambote, donde el educador dedicó más de 40 años de su vida a enseñar y guiar a miles de estudiantes.
Aquel día, Pedro, de 72 años, se encontraba organizando documentos cuando una alumna que había estado ausente por más de una semana irrumpió en el aula armada con dos cuchillos de cocina. Sin previo aviso, se lanzó sobre él, infligiendo un total de siete heridas, una de las cuales fue tan profunda que dobló uno de los cuchillos. La escena fue caótica; otros estudiantes presentes llamaron a las autoridades mientras intentaban detener la hemorragia de su maestro. A pesar de los esfuerzos médicos, Pedro falleció tras 12 horas de agonía en un hospital.
Las investigaciones han comenzado, y aunque la agresora es menor de edad, se han activado protocolos especiales para esclarecer las razones detrás de este ataque brutal. Se ha revelado que la joven tenía un historial académico irregular y vivía en condiciones precarias con su abuela, lo que ha llevado a las autoridades a investigar su entorno familiar en busca de respuestas.
La noticia ha generado un clamor por justicia y una urgente reflexión sobre la seguridad en las escuelas guatemaltecas. Padres de familia y miembros de la comunidad exigen medidas para proteger a los educadores y atención a la salud mental de los estudiantes. El caso de Pedro no solo es un recordatorio del compromiso de un maestro, sino también una llamada de atención sobre la violencia que enfrenta el sistema educativo en el país. La comunidad llora su pérdida y se pregunta: ¿qué llevó a una niña a cruzar esta línea mortal? Las respuestas aún están por llegar, pero el eco de esta tragedia resuena en cada rincón de Guatemala.