El dolor y la traición se entrelazan en la desgarradora historia de Jennifer Alejandra Galdámez, una mujer cuya vida fue brutalmente apagada por su propio esposo, Roger Enrique Lanza González. Lo que comenzó como un amor aparentemente perfecto se transformó en un infierno de violencia, celos y control. La tragedia alcanzó su punto culminante cuando el cuerpo sin vida de Jennifer fue encontrado a un costado de una carretera en San Pedro Sula, dejando a su familia devastada y a la comunidad hondureña en shock.

En un giro escalofriante, Roger, quien lloró en el funeral de su esposa, fue el principal sospechoso de su feminicidio. Su actuación como un viudo desconsolado fue rápidamente desenmascarada cuando desapareció tras la ceremonia, lo que levantó las alarmas entre los familiares y las autoridades. La investigación reveló múltiples inconsistencias en su declaración, y las pruebas forenses apuntaron a que Jennifer había sido asesinada horas antes de que él afirmara que había salido de casa.

Las autoridades, tras meses de búsqueda, finalmente emitieron una alerta roja para localizar a Roger, quien se había evadido a España. Sin embargo, el clamor de justicia de la comunidad hondureña no se detuvo. En un giro inesperado, el 26 de junio de 2023, Roger regresó a Honduras y se entregó a las autoridades, enfrentando cargos de feminicidio agravado.

La historia de Jennifer no solo es un recordatorio del horror que muchas mujeres enfrentan en sus relaciones, sino también un llamado urgente a la acción. La condena de Roger, que resultó en 18 años y 9 meses de prisión, ha dejado un sabor amargo en la lucha por la justicia, evidenciando la necesidad de un cambio radical en la forma en que se aborda la violencia de género. Mientras tanto, el legado de Jennifer perdura en la memoria de sus seres queridos, quienes continúan exigiendo justicia y visibilizando la lucha contra el feminicidio en Honduras.