**Mi hija desapareció… y luego mataron a mi sobrina: la tragedia que destrozó a nuestra familia**

La angustia y el dolor se apoderan de la familia Cepeta Pérez, que enfrenta una pesadilla interminable. Nimbe Selene Cepeta Sochihigua desapareció el 30 de mayo de 2019, y desde entonces, sus padres han luchado incansablemente por respuestas. A seis años de su desaparición, la desesperación se intensifica: “No sabemos si ha comido, si está bien. Su ausencia es una herida abierta”, confiesa su madre, María Elena.

La tragedia se agrava con el feminicidio de su sobrina, Yaraset Cepeta García, ocurrido el 22 de abril de 2023. Yaraset, una enfermera dedicada, fue brutalmente asesinada en su propio hogar, un lugar que debía ser refugio. “No hay palabras para describir el horror de perder a un ser querido de esta manera. La violencia de género ha alcanzado niveles insostenibles”, clama Ángel Cepeta, padre de Nimbe.

Ambas historias son un reflejo desgarrador de la crisis de desapariciones y feminicidios en México, donde la violencia se ha convertido en un fenómeno cotidiano. La familia Cepeta ha sido víctima de la indiferencia institucional y de una burocracia que ha obstaculizado la búsqueda de Nimbe, incluso llegando a marcarla como “localizada” erróneamente en los registros oficiales.

Mientras la familia clama justicia por Yaraset, el presunto feminicida enfrenta un proceso judicial que avanza lentamente. “Queremos que su caso no quede impune. Cada vida perdida es un grito de auxilio que no podemos ignorar”, exigen. La lucha de esta familia es un llamado urgente a la sociedad y a las autoridades para que se tomen en serio las desapariciones y los feminicidios.

La historia de Nimbe y Yaraset es un recordatorio escalofriante de la fragilidad de la vida en un país donde la violencia se ha normalizado. La familia Cepeta sigue adelante, pegando carteles y participando en marchas, sin perder la esperanza de que un día, la verdad saldrá a la luz y sus seres queridos volverán a casa.