**STURZENEGGER: CINISMO SIN VERGÜENZA EN EL ESCÁNDALO DEL FENTANILO**
En un giro alarmante de los acontecimientos, el Ministro de Economía, Federico Sturzenegger, se enfrenta a un creciente clamor público tras la tragedia del fentanilo adulterado que ha cobrado la vida de casi 100 personas. En una reciente aparición, Sturzenegger, lejos de asumir la responsabilidad, culpó al Estado por la falta de control en la distribución de medicamentos, desentendiéndose de las consecuencias devastadoras de su propia gestión.
El escándalo estalló cuando se reveló que un lote de fentanilo, que había sido retirado del mercado, había sido responsable de múltiples muertes, incluyendo la de un bebé. A pesar de la gravedad de la situación, el ministro intentó desviar la atención, argumentando que la culpa recae en la desregulación del Estado, un argumento que ha sido ampliamente criticado por su cinismo y falta de empatía.
Mientras la Comisión de Salud del Congreso exige explicaciones al gobierno, Sturzenegger continúa defendiendo su postura, afirmando que la eliminación de organismos de control es necesaria para “mejorar la eficiencia”. Esta declaración ha desatado indignación entre los ciudadanos y expertos en salud, quienes advierten que la falta de supervisión en la industria farmacéutica puede llevar a más tragedias.
Con la presión aumentando y la indignación pública en su punto máximo, el futuro de Sturzenegger en el gabinete se torna incierto. Las voces de los ciudadanos, que claman por justicia y responsabilidad, resuenan más fuerte que nunca. Este escándalo no solo pone en jaque la credibilidad del gobierno, sino que también plantea serias preguntas sobre la seguridad de los medicamentos en el país.
La situación es crítica y el tiempo para actuar es ahora. La salud pública está en juego y la población exige respuestas y acciones concretas. La indiferencia de Sturzenegger podría costarle más que su puesto; podría costarle la confianza de una nación.