Felipe Pigna ha desatado un intenso debate al calificar a José de San Martín como un “liberal progresista”. En una reciente entrevista, Pigna argumentó que la figura del Libertador debe ser vista a través de la lente del liberalismo de su época, que equivalía a ser un revolucionario. Esta revelación ha impactado a historiadores y políticos, quienes ahora reconsideran el legado de San Martín en el contexto actual.
Pigna enfatizó que, en el siglo XIX, ser liberal significaba abogar por la libertad de imprenta, la libertad de cultos y la reducción de la influencia de la iglesia, aspectos que San Martín promovió fervientemente. “Un tipo progresista, sin ninguna duda”, afirmó Pigna, recordando la importancia que el Libertador dio a la educación pública, fundando bibliotecas y colegios en varias ciudades, incluyendo la emblemática biblioteca de Lima, que se estableció en el antiguo sitio de la Inquisición.
Sin embargo, la controversia no termina ahí. Pigna reveló que San Martín fue el autor del primer proyecto de protección de un producto nacional en 1816, que fue rechazado por los diputados liberales de la época. Este hecho pone en tela de juicio la percepción tradicional de San Martín como una figura neutral en términos económicos y políticos.
La afirmación de Pigna ha generado reacciones inmediatas en las redes sociales, donde se han desatado intensos debates sobre la verdadera ideología de San Martín. Historiadores y ciudadanos están exigiendo una revisión de los libros de texto y un análisis más profundo de la figura del Libertador en la historia argentina.
Con esta declaración, Pigna no solo reinterpreta la historia, sino que también desafía a la sociedad argentina a confrontar sus propias creencias sobre el pasado. La conversación sobre San Martín como un “liberal progresista” ya está en marcha, y la urgencia por entender su legado nunca ha sido tan palpable.