Una tragedia sin precedentes sacudió las redes sociales la madrugada del 26 de julio de 2025, cuando Keila Andreina González Mercado, una popular creadora de contenido ecuatoriana de 28 años, fue asesinada en plena transmisión en vivo desde su hogar en Guayaquil. Lo que comenzó como una noche de risas entre amigos se tornó en horror absoluto cuando un comentario sarcástico de Keila se convirtió en su última broma.

Durante la transmisión, Keila, bajo los efectos del alcohol, le pidió a su amigo Manuel que, si alguna vez decidía quitarle la vida, lo hiciera de forma definitiva. Sin embargo, lo que parecía un juego inocente cambió drásticamente cuando Manuel, armado, disparó directamente a su cabeza. La escena, captada en vivo, dejó a cientos de espectadores paralizados, mientras el sonido del disparo resonaba en las pantallas.

Poco después, los familiares de Keila, alarmados por el estruendo, encontraron su cuerpo sin vida en la misma posición en la que había estado transmitiendo. La policía llegó rápidamente al lugar y comenzó una investigación que reveló que Manuel, quien se había dado a la fuga, tenía antecedentes criminales y había estado en estado de embriaguez durante el trágico incidente.

Este brutal crimen ha desatado una ola de indignación en las redes sociales, donde seguidores de Keila claman por justicia y cuestionan la normalización de la violencia en entornos digitales. La comunidad de Guayaquil, consternada, se unió para rendir homenaje a la joven, cuya vida fue truncada de manera tan violenta y pública.

Las autoridades continúan buscando a Manuel, quien permanece prófugo, mientras el caso se investiga como un feminicidio. La muerte de Keila no solo es una tragedia personal, sino un llamado urgente a reflexionar sobre la seguridad de los creadores de contenido en la era digital. Su voz sigue resonando en las redes, recordándonos que detrás de cada pantalla hay una vida.