**Las Conquistas de Alejandro Magno: Un Viaje de Poder y Agresión en el Antiguo Mundo**
En un giro histórico fascinante, el joven rey Alejandro Magno ha desatado una serie de conquistas que han transformado el mapa del mundo antiguo. Tras la muerte de su padre, Filipo II de Macedonia, en el 336 a.C., Alejandro, con apenas 20 años, ha demostrado ser un líder formidable, enfrentándose a las tribus griegas rebeldes antes de poner su mirada en el vasto Imperio Persa.
Con un ejército de 23,000 hombres, Alejandro ha iniciado su campaña militar en Tracia, donde su astucia táctica le ha permitido vencer a fuerzas hostiles y asentar su dominio. Las victorias sobre los tracios y los ilirios han cimentado su reputación como un estratega implacable. La brutal represión de la revuelta en Tebas, donde 6,000 vidas fueron perdidas y 30,000 personas fueron capturadas, envió un mensaje claro a otras polis griegas: la resistencia contra Macedonio no será tolerada.
Con Grecia bajo su control, Alejandro ha fijado su mirada en Persia. En el 334 a.C., cruzó a Asia y, tras rendir homenaje a Aquiles en Troya, se enfrentó al ejército persa en la Batalla del Gránico. La victoria aplastante de Alejandro ha abierto las puertas de Asia Menor, cimentando su reputación como el conquistador más formidable de la antigüedad.
En medio de estos tumultuosos eventos, los rumores de su poder han llegado a oídos de Darío III, quien desesperadamente intenta reunir un ejército para frenar el avance macedonio. Mientras tanto, la resistencia de ciudades como Mileto y Alicarnasso se disuelven ante la férrea determinación de Alejandro.
Sin embargo, la ambición de Alejandro no conoce límites. A medida que avanza hacia la India, se prepara para enfrentarse al rey Poro, quien se ha negado a someterse. La batalla del Hidaspes se avecina, y con ella, la posibilidad de que Alejandro expanda aún más su imperio. Con cada victoria, su legado se fortalece, pero el costo de la conquista se siente en cada rincón del mundo conocido. La historia de Alejandro Magno sigue escribiéndose, y su búsqueda de gloria apenas ha comenzado.