**¿Quién le pegó a Elon Musk? La verdad detrás del ojo morado que sacudió las redes**
Elon Musk, el magnate de la tecnología y controvertido CEO de Tesla y SpaceX, se encuentra en el ojo del huracán tras aparecer con un moretón en la cara que ha desatado una tormenta de rumores y especulaciones. En un video reciente, Musk hizo una referencia sarcástica sobre su apariencia, insinuando que fue su hijo quien le propinó el golpe. Sin embargo, esta broma ha dejado a muchos preguntándose: ¿qué hay detrás de esta extraña afirmación?
La controversia comenzó cuando Musk fue abordado por periodistas que notaron su ojo morado. En lugar de ofrecer una explicación clara, el empresario se rió y lanzó un comentario que rápidamente se convirtió en objeto de burla. Mientras tanto, las redes sociales se inundaron de teorías: ¿fue un ataque de su hijo, una pelea con Stephen Miller, ex asesor de Trump, o un enfrentamiento con el secretario del Tesoro, Scott Wessen?
Pero el escándalo no termina ahí. Un nuevo artículo del New York Times revela que Musk ha estado lidiando con problemas mucho más serios, incluidos supuestos abusos de sustancias que afectan su salud mental y su capacidad de tomar decisiones. Fuentes aseguran que el magnate ha estado utilizando drogas recreativas, lo que plantea serias preguntas sobre su estado durante encuentros políticos cruciales. La revelación de que Musk puede haber estado en un estado alterado al momento de tomar decisiones que afectan al país es alarmante.
Más inquietante aún es el uso de su hijo como una excusa en medio de esta crisis. La ex pareja de Musk, Grimes, ha expresado su preocupación por el bienestar del niño, quien ha sido arrastrado al torbellino mediático que rodea a su padre. En un mundo donde el poder y la fama pueden distorsionar la realidad, el uso de su hijo como un escudo ante la crítica parece una estrategia peligrosa.
Mientras Musk se aleja de esta semana en Washington con un ojo morado y una reputación deteriorada, queda la pregunta: ¿quién realmente le pegó a Elon Musk? Tal vez, la respuesta más inquietante sea que el verdadero golpe ha sido en su propia imagen y credibilidad.