**Título: Trump lanza una bomba en Doja: ¡China toma el control de Bagram!**
En un giro impactante de los acontecimientos, Donald Trump ha desatado la controversia al afirmar que China está ocupando la antigua base estadounidense de Bagram en Afganistán. Durante un evento en Doja, el ex presidente no escatimó palabras al calificar la retirada de tropas de Estados Unidos en 2021 como un “desastre” y un momento de “humillación” para la nación americana.
“Íbamos a irnos, pero manteniendo la dignidad y la fuerza. No habríamos cedido la base aérea de Bagram, que está a solo una hora de China”, afirmó Trump, dejando claro que considera la pérdida de esta estratégica instalación un error monumental. La base, ubicada a unos 50 km al norte de Kabul, fue durante años el epicentro de las operaciones militares de EE.UU. en la región, y su implicación actual por parte de China añade un nuevo capítulo a la compleja narrativa geopolítica.
Mientras el ex presidente continúa su gira por Oriente Medio, su declaración ha resonado en un momento en que las tensiones entre EE.UU. y China están en un punto álgido. Trump, con su estilo característico, no solo busca llamar la atención sobre el pasado, sino también posicionarse como un líder que promete recuperar la fortaleza militar y diplomática de su país.
La revelación de que China controla Bagram podría tener repercusiones significativas en la política internacional y el equilibrio de poder en la región. A medida que las preguntas sobre la estrategia de EE.UU. en Afganistán resurgen, la atención se centra en cómo esta declaración influirá en el clima político antes de las próximas elecciones.
En un momento en que el mundo observa atentamente, Trump ha vuelto a poner en el centro del debate la relación entre Estados Unidos y China, dejando claro que la lucha por el dominio global sigue siendo feroz. La pregunta ahora es: ¿cómo responderá la administración actual ante esta acusación incendiaria?