Roberto Carlos, el icónico “Rey” de la música brasileña, enfrenta una vida marcada por la tristeza y la tragedia a sus más de 80 años. Conocido por sus letras románticas y su inigualable talento, detrás del esplendor se oculta una historia de dolor y pérdida que pocos conocen. Desde su infancia en un humilde hogar en Itapemirim hasta convertirse en una leyenda musical, la vida de Roberto ha estado plagada de desafíos y tragedias personales que han dejado huellas imborrables.
Nacido el 19 de abril de 1941, Roberto sufrió un accidente devastador a los seis años que resultó en la amputación de su pierna derecha. A pesar de esta adversidad, su pasión por la música floreció, llevando a una carrera que lo catapultó a la fama en Brasil y más allá. Sin embargo, la vida no ha sido benigna con él. La pérdida de su primera esposa, Cleonice, y de su hijo, Dudu, a causa del cáncer, ha dejado al cantante con un vacío profundo que desafía toda explicación.
Hoy, más que nunca, Roberto Carlos refleja una resiliencia admirable. A pesar de la tristeza que lo rodea, su amor por la música y sus fans sigue siendo su motor. En entrevistas recientes, ha afirmado que la jubilación no está en sus planes; su deseo de volver a los escenarios y compartir su música con el mundo sigue vivo. Cada presentación se convierte en un homenaje a aquellos que ha perdido, y el gesto de regalar rosas a sus seguidores es un símbolo de gratitud que resuena con todos sus admiradores.
Con más de 150 millones de discos vendidos, su legado perdura, pero la realidad de su vida refleja un camino lleno de espinas. Mientras la noticia de su lucha personal se difunde, el mundo observa a un hombre que, a pesar de su dolor, continúa brillando en el escenario. ¿Cuál será el próximo capítulo en la historia de este gigante de la música? Los ojos del mundo están fijos en él, esperando su regreso triunfal.