**Título: SECUESTRADA EN SU CAMINO A LA ESCUELA: El ASESINATO de Alianna DeFreeze**
En un impactante giro de los acontecimientos en Cleveland, Ohio, la historia de la joven Alianna DeFreeze, de 14 años, se ha convertido en un trágico recordatorio de la vulnerabilidad de los niños en nuestra sociedad. El 26 de enero de 2017, Alianna salió de su hogar con destino a la escuela, pero nunca regresó. Tres días después, su cuerpo fue descubierto en una casa abandonada a solo dos calles de su parada de autobús habitual.
La jornada comenzó como cualquier otra; su madre, Danisha, la acompañó hasta la parada de autobús y la vio subir. Sin embargo, cuando Alianna no llegó a casa esa tarde, la angustia se apoderó de su familia. La escuela notificó a Danisha que su hija nunca había llegado, lo que desató una búsqueda desesperada. A medida que las horas se convertían en días, los temores de su familia aumentaban, conscientes de que algo horrible podría haberle sucedido.
La búsqueda se intensificó cuando las autoridades revisaron las grabaciones de seguridad y encontraron evidencia de que Alianna había sido secuestrada. Las imágenes mostraban a un hombre, posteriormente identificado como Christopher Whitaker, acercándose a ella antes de que desaparecieran de la vista de la cámara. Whitaker, un delincuente 𝓈ℯ𝓍ual registrado, fue arrestado y se descubrió que su ADN coincidía con el hallado en la escena del crimen.
La comunidad, traumatizada por la violencia y la pérdida de una niña tan joven, se unió en la búsqueda. La noticia de la captura de Whitaker trajo un alivio momentáneo, pero no podía borrar la devastación que dejó su crimen. En 2018, fue condenado a muerte por su brutalidad.
El caso de Alianna ha desencadenado reformas importantes, incluida la creación de la Ley Alianna, que exige a las escuelas notificar a los padres sobre ausencias. Su familia ha transformado su dolor en propósito, abogando por la eliminación de casas abandonadas y la protección de los niños.
Mientras la comunidad llora la pérdida de una vida tan prometedora, la historia de Alianna DeFreeze nos recuerda la urgencia de proteger a nuestros niños y garantizar su seguridad. Que su memoria sirva como un llamado a la acción para todos.