Jacobo Zabludovsky, una de las figuras más emblemáticas del periodismo en México, dejó un legado que trasciende su carrera profesional. Conocido por su estilo incisivo y su capacidad para informar sobre temas críticos, su vida personal estuvo marcada por el misterio y la especulación, especialmente en torno a su 𝓈ℯ𝓍ualidad. En 1995, emergió un escándalo que capturaría la atención del público: una relación con el joven actor Gerardo Hemmer, quien fue encontrado muerto en circunstancias trágicas.

Hemmer, una prometedora estrella de la televisión mexicana, había amenazado con revelar detalles de su romance con Zabludovsky. Su muerte, inicialmente considerada un accidente por inhalación de gas, dio paso a rumores de un posible crimen pasional. Los reportes indicaron que su cuerpo mostraba signos de tortura, alimentando aún más la especulación sobre la conexión entre ambos. A pesar de la controversia, Zabludovsky nunca abordó públicamente estos rumores.

La vida de Zabludovsky estuvo marcada por su compromiso con el periodismo, pero también por su compleja vida personal. A lo largo de su carrera, se le vinculó con varias mujeres y hombres del medio artístico, lo que sumó más intriga a su figura pública. Sin embargo, su amor verdadero fue su esposa, Sara Nerubay, con quien se casó en 1954 y tuvo tres hijos.

Zabludovsky enfrentó numerosos desafíos a lo largo de su vida, incluyendo una batalla contra el cáncer. A pesar de su enfermedad, continuó trabajando y se convirtió en un símbolo de resistencia. Su muerte en 2015, a los 87 años, fue una gran pérdida para el periodismo mexicano. Su legado perdura no solo en sus contribuciones a la comunicación, sino también en las historias que dejó atrás, llenas de amor, controversia y misterio.

La vida de Jacobo Zabludovsky continúa capturando la atención del público, recordándonos que detrás de las figuras públicas, siempre hay historias humanas complejas y profundas.