La gran hambruna de 1315, que asoló Europa durante varios años, representa uno de los episodios más oscuros de la historia del continente. Esta crisis alimentaria, provocada por un cambio climático severo y un aumento poblacional insostenible, resultó en la muerte de entre el 10% y el 25% de la población europea. Las condiciones meteorológicas extremas, que incluyeron inviernos crudos y veranos lluviosos, llevaron a la escasez de cosechas y a una inflación descontrolada de precios.
Los campesinos, que constituían la mayoría de la población, se vieron obligados a subsistir con raíces silvestres, cortezas de árboles y, en casos extremos, recurrieron al canibalismo. Relatos de la época documentan situaciones aterradoras: niños abandonados, ancianos que se sacrificaban para alimentar a los más jóvenes y grupos de desesperados que desenterraban cadáveres en busca de alimento. La situación se tornó tan crítica que incluso la carne de caballo y perro se consideraba comestible.
Durante este periodo, la desesperación llevó a actos inusuales, como el aumento de la delincuencia y la aparición de movimientos religiosos que cuestionaban la autoridad de la Iglesia, al considerarla incapaz de mitigar el sufrimiento. Al mismo tiempo, se intensificaron las procesiones y rituales religiosos, en un intento de apaciguar lo que muchos creían era un castigo divino.
La gran hambruna no solo tuvo consecuencias inmediatas, sino que también marcó un cambio cultural y social duradero. La desconfianza hacia las autoridades creció, y la incapacidad de los gobiernos para responder a la crisis contribuyó a la caída del rey Eduardo II de Inglaterra. Esta calamidad, que devastó la población y alteró la estructura social, fue seguida aproximadamente tres décadas después por la epidemia de la peste negra, que exacerbaría aún más el sufrimiento de la población.
A través de este trágico capítulo, la historia de la gran hambruna de 1315 se erige como un recordatorio escalofriante de los peligros de la ineficiencia administrativa y la vulnerabilidad ante desastres naturales, un eco de advertencia que resuena en la actualidad.