El aterrador caso de Playboy y Dorothy Stratten
Dorothy Stratten, una joven de Vancouver nacida el 28 de febrero de 1960, se convirtió en un ícono de belleza y glamour al ser elegida como Playmate de agosto de 1979 en Playboy. Sin embargo, su ascenso a la fama estuvo marcado por una relación trágica y tóxica con Paul Snider, un hombre con un oscuro pasado que se convirtió en su esposo y principal manipulador.
Desde temprana edad, Stratten asumió la responsabilidad de su familia tras el abandono de su padre. Con su belleza natural y encanto, comenzó a destacar en su adolescencia, trabajando como camarera y persiguiendo sueños de grandeza en el mundo del espectáculo. Fue en 1978, durante su turno en Dairy Queen, donde conoció a Snider, quien la convenció de seguirlo a Los Ángeles con promesas de fama y éxito.
A pesar de su éxito inicial, la relación se tornó cada vez más controladora. Snider, celoso de la atención que Stratten recibía, ejerció un poder absoluto sobre su vida y carrera, incluso llegando a permitirle tener relaciones con Hugh Hefner, el fundador de Playboy, si eso garantizaba su éxito. La presión aumentó al punto de que Stratten se sintió atrapada entre su aspiración profesional y el control de su esposo.
La relación con el director Peter Bogdanovich complicó aún más su situación. Mientras Stratten y Bogdanovich desarrollaban una relación amorosa, Snider, sintiéndose cada vez más amenazado, se obsesionó más con su esposa. El 14 de agosto de 1980, en un giro trágico, Snider asesinó a Stratten de un disparo antes de quitarse la vida.
La muerte de Dorothy Stratten, que apenas contaba con 20 años, conmocionó al mundo. Su historia se convirtió en un símbolo de las oscuras realidades que a menudo acechan en Hollywood. A lo largo de los años, su legado ha sido recordado en varios documentales, libros y películas, pero su trágico final sigue siendo un recordatorio escalofriante de los peligros de la fama y el amor tóxico en la industria del entretenimiento.