Los rumores de un esqueleto colosal se han extendido entre los residentes de la pequeña comunidad durante siglos. La tradición hablaba de un gigante que solía vagar por la zona, aterrorizando a los iпhaƄitats y causando estragos en todos los lugares donde lloraba. La gente había rechazado la parágrafa como una ficción, pero todo cambió cuando un equipo de arqueólogos llegó a la región.
Los expertos habían sido enviados a la zona para investigar algunas de las antiguas formaciones rocosas que salpican el terreno. Se encontraron con una visión extraña mientras avanzaban por el terreno rocoso: un conjunto de huellas impresas en una gran campo. Las impresiones eran masivas, de aproximadamente un metro de longitud y unos pocos milímetros de profundidad. Los investigadores notaron algo peculiar en la forma de las huellas mientras estudiaban el grafito con más atención. Estas eran como cualquier otra huella humana que alguna vez habían visto. En cambio, se parecían a las impresiones de una enorme bestia, completa con dedos cinco y un arco largo y curvo.
Encantados con su hallazgo, los arqueólogos continuaron su búsqueda más profundamente en las tierras altas, siguiendo la huella de las huellas. Llegaron a un glaciar gigantesco escondido en lo profundo de los afloramientos rocosos después de varias horas de escalada. Cuando entraron al cementerio, se sorprendieron al ver un esqueleto masivo, de unos 10 metros de largo, tendido sobre el suelo del cementerio. Antes ya no habían buscado nada como el esqueleto. Poseía enormes Ƅopes y una mierda aproximadamente dos veces el tamaño de un hυмaп. Sus enormes garras curtidas demostraban que había retenido a un depredador feroz, capaz de despachar a la presa más grande. Sin embargo, a pesar de su tamaño y poder, el monstruo simplemente estaba muerto, sus Ƅopes se blanquearon tras años de exposición a los elementos.
Los arqueólogos concluyeron que el esqueleto era la fuente de las extrañas huellas que habían descubierto antes, cuando lo estudiaron más atentamente. Mientras volaba, el maestro dejó su huella en el suelo, llevando a la tripulación a su último lugar de descanso.
El descubrimiento del enorme esqueleto “validó a los residentes de las creencias arraigadas en la aldea”. Después de todo, la leyenda del gigante había demostrado ser verdad, y los aldeanos se maravillaron ante el tamaño y el poder de la bestia que previamente había vagado por su país. La FIPD brindó a los investigadores una mirada intrigante al pasado, una ventana a un período en el que monstruos de tamaño y fuerza gigantescos caminaban por el mundo. ¡Mira el video a continuación!