#M880302ScriptRootC1453098 { min-height: 300px; }
Un joven grabó una película de 10 minutos del último día de vida de su perro, ya que era extremadamente viejo y tuvieron que matarlo, no sin antes hacer todo lo que él quería, como comer pollo.
La muerte de un perro puede ser tan terrible como la muerte de un ser querido humano, y esto se debe a que se ganan el corazón de sus dueños con su hermosa y firme amistad. A raíz de ello, el dueño de Cappuccino, un joven llamado Lauro Morales, describió en las redes sociales el proceso por el que pasó antes de poner a dormir a su mascota. Con lágrimas en los ojos, ya no quería que sufriera, así que hicieron todo lo que el perro disfrutaba, como llevarlo a pasear en auto, llevarlo a comer pollo, e incluso bañarlo y cepillarlo antes de despedirlo definitivamente. El joven lloró mientras sostenía a su amado y se quedó con él hasta el final.
Despide a tu perro haciendo todo lo que te gusta No en vano se dice que el mejor amigo del hombre es el perro, pero también es cierto que hay dueños responsables que van más allá por sus amigos peludos y están ahí para ellos en las buenas y en las malas.
El video, publicado en TikTok por el usuario _victorcaudillo, mostraba a Lauro atravesando uno de los días más traumáticos de su vida, despidiéndose del perro más devoto que había conocido.
En el metraje de 10 minutos, Cappuccino no puede ponerse de pie, probablemente debido a su avanzada edad y sus dolencias. Primero lo peinó y lo duchó, recordando innumerables recuerdos, mientras el canino se acostaba, mirando a su alma gemela, frotándolo y saboreando lo que serían sus caricias agonizantes.
Lo puso en una cama diminuta encima de una tabla para dar un paseo más; por esto, la familia salió y entre sollozos lo abrazaron y le dijeron cuánto lo amaban y cuánto extrañarían su presencia en el hogar.
Lo metió en la parte de atrás de una camioneta con otras personas, y fue entonces cuando vinieron por pollos y galletas, para darle su última cena. Capuchino devoró la comida.
Llega entonces el momento más difícil, la despedida. Lauro sabía que estaba herido, pero no fue hasta que llegó que se abrieron las compuertas de los recuerdos de infancia de Cappuccino.
¡Amigos para siempre! Llegaron al veterinario y prepararon la canalización, salvo una despedida de 10 minutos. Lauro no perdió el tiempo y abrazó a Cappuccino como nunca antes, diciendo en el video: “Una vida de recuerdos pasó por mis pensamientos”.
El canino disfrutó de mucha serenidad y tranquilidad durante el procedimiento, según el video, pues Lauro nunca se apartó de su lado hasta que su corazón se detuvo y sus ojitos se cerraron para cruzar el arcoíris.
“Durmió en mis brazos hasta el final, su corazón y su respiración se volvieron más lentos y silenciosos hasta que todo se detuvo”.
El joven parecía haberse colapsado en el cuerpo del canino y susurró su último adiós. Sin duda, un momento de contemplación para muchos, ya que, aunque ojalá los perros fueran para siempre, tienen una vida más corta, y muchos dueños, como Lauro, intentan ofrecer lo mejor a sus amigos peludos antes de que se vayan. Esperamos que el corazón de Morales sane y que recuerde que ahora tiene un protector celestial.