El corazón de Londres se convirtió en un campo de batalla cuando más de 110,000 manifestantes inundaron Whitehall en lo que los organizadores proclamaron como la protesta antiinmigración más grande en la historia del Reino Unido. La marcha, encabezada por el polémico activista Tommy Robinson, se tornó violenta cuando multitudes enfurecidas atacaron a la policía con botellas, proyectiles y bengalas encendidas. Los agentes respondieron con escudos antidisturbios y bastones en un intento desesperado por contener la furia. Al menos 9 arrestados y varios policías resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad.
📢 Robinson —cuyo verdadero nombre es Stephen Yaxley-Lennon— había rogado a sus seguidores que “se mantuvieran pacíficos” y promocionó el evento como “el festival de libertad de expresión más grande en la historia del Reino Unido”. Sin embargo, lo que se vivió en Whitehall fue más parecido a una batalla campal que a una celebración. Las calles se tiñeron de rojo, blanco y azul con banderas británicas y de San Jorge mientras los cánticos de “¡Queremos nuestro país de vuelta!” retumbaban en cada esquina, acompañados de insultos dirigidos al primer ministro Keir Starmer. Carteles con frases incendiarias como “Paren los botes”, “Envíenlos a casa” y “Basta ya, salven a nuestros hijos” cubrían la multitud como un mar de furia.
🔥 El evento no solo sacudió a Londres, sino al mundo entero por la lista de oradores. Junto a Robinson aparecieron figuras de la ultraderecha internacional: Steve Bannon, ex estratega de Donald Trump; la controvertida comentarista Katie Hopkins; y hasta el psicólogo canadiense Jordan Peterson, quien se conectó por videoconferencia.
✊ Mientras tanto, una contramarcha de 5,000 personas, organizada por Stand Up To Racism y liderada por la diputada Diane Abbott, recorrió las calles con gritos de “¡Los refugiados son bienvenidos aquí!”. La policía, con más de 1,600 oficiales desplegados, apenas logró mantener una frágil línea de separación entre los bandos, evitando lo que muchos describieron como “una guerra civil en miniatura en pleno corazón de la capital británica”.
🌍 El impacto global llegó cuando Elon Musk apareció en directo por videollamada, declarando que veía en la inmigración masiva “una destrucción de Gran Bretaña sin control”. Sus palabras encendieron aún más a los presentes, mientras la transmisión del evento alcanzaba a más de 300,000 espectadores alrededor del mundo.
💥 Para muchos, lo ocurrido en Londres no fue solo una manifestación: fue una advertencia. La ciudad quedó dividida, con humo aún elevándose sobre Whitehall y pancartas desgarradas ondeando bajo un cielo gris. Lo que comenzó como un mitin se convirtió en un retrato sombrío del futuro de Gran Bretaña: un país fracturado, con sus calles convertidas en escenario de una guerra ideológica que el mundo entero observa con asombro y temor.