¡FRACASA MARCHA ANTI MILEI! ¡OTRA DERROTA PARA LOS K!
En un giro inesperado de los acontecimientos, la marcha antimilei convocada por sectores opositores se convirtió en un fiasco total. Miles de manifestantes, incluidos jubilados, intentaron avanzar hacia el Congreso, solo para ser frenados por la Gendarmería, que recibió órdenes claras de la ministra Patricia Bullrich para mantener el orden. La tensión aumentó rápidamente cuando algunos manifestantes, que se cubrían el rostro, comenzaron a mostrar signos de violencia, lo que llevó a la policía a utilizar gas pimienta para dispersarlos.
Los enfrentamientos fueron intensos, con imágenes impactantes de manifestantes siendo desalojados de la calle, mientras que otros, como el dirigente Eduardo Belivoni, optaron por observar la escena desde la comodidad de un café cercano, ajeno al caos que se desataba. La situación se tornó aún más caótica cuando un grupo de manifestantes comenzó a lanzar objetos, recordando a muchos la violencia de años anteriores.
En el interior del Congreso, la situación no era menos alarmante. Una diputada kirchnerista intentó defender a grupos considerados terroristas, lo que provocó un fuerte rechazo y críticas por parte de otros legisladores. La atmósfera en el recinto era tensa, con llamados al orden y acusaciones cruzadas sobre la situación en Gaza y el papel de Argentina en el conflicto.
Este fracaso de la marcha antimilei no solo refleja la creciente polarización política en el país, sino también el desafío que enfrentan los movimientos opositores en un contexto donde la administración actual se muestra firme en su postura. Las imágenes de la represión policial, junto con las tensiones en el Congreso, subrayan un momento crítico en la política argentina, donde la lucha por el control de las calles y las narrativas políticas se intensifica. La Argentina está cambiando, y con ello, las reglas del juego.