Un hombre que ha vivido durante 32 años sin sus dos piernas y un brazo derecho enfrenta una situación desgarradora: le han negado su pensión por discapacidad por “falta de pruebas”. La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) exige documentación que el afectado no puede obtener de inmediato, lo que lo deja en una situación crítica y desesperante.
En un impactante relato, el afectado, que se encuentra en una lucha constante por su dignidad y subsistencia, se presentó en el banco solo para descubrir que su cuenta estaba vacía. La indignación creció al no recibir explicaciones claras sobre la suspensión de su pensión. Al comunicarse con ANSES, le informaron que debía presentar un certificado médico que acredite su discapacidad, además de otros documentos que, según él, son casi imposibles de obtener en el corto plazo.
“Me dijeron que tengo que esperar hasta finales de septiembre para conseguir un turno en el hospital y obtener la historia clínica”, expresó con frustración. Este tiempo de espera es inaceptable para alguien que depende de esa pensión para sobrevivir. La angustia de no contar con recursos económicos y la burocracia que enfrenta intensifican su sufrimiento.
La situación ha generado una ola de indignación en la comunidad, que clama por una revisión inmediata de los procedimientos de ANSES. La falta de sensibilidad ante casos tan extremos pone en evidencia la ineficiencia del sistema que debería proteger a los más vulnerables. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuántas personas más se encuentran atrapadas en esta red de burocracia que les niega lo que por derecho les corresponde? La urgencia de una solución es inminente.