En un fallo histórico, la Corte Suprema de Justicia de Argentina ha confirmado la condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, marcando un hito en la historia política del país. La decisión, adoptada por unanimidad por los tres jueces, se enmarca en el caso de corrupción conocido como “vialidad”, donde se investigaron irregularidades en la concesión de obras públicas en la provincia de Santa Cruz.
Cristina Fernández, quien ha calificado este proceso como una persecución judicial y política, se convierte así en la primera expresidenta argentina en recibir una condena firme por corrupción. La exmandataria, que había planeado postularse para un cargo en la legislatura bonaerense, queda fuera de la carrera electoral debido a su inhabilitación de por vida para ocupar cualquier cargo público.
La Corte ha desestimado las alegaciones de parcialidad judicial, enfatizando que su decisión se basa en pruebas sólidas y en el respeto al debido proceso. En reacciones posteriores al fallo, Fernández se mostró desafiante, afirmando que su encarcelamiento es un “certificado de dignidad”, y criticó a quienes, según ella, han actuado en contra de los intereses del país y permanecen impunes.
Con 72 años, la expresidenta podría solicitar el régimen de prisión domiciliaria, pero la presión política y social sobre este caso es innegable. En apenas cinco días, Fernández deberá comenzar a cumplir su condena, lo que podría desencadenar un terremoto en el panorama político argentino. La situación está en constante desarrollo, y el futuro de la política en Argentina podría cambiar radicalmente a raíz de este histórico fallo.