**5 VIDEOS “PROHIBIDOS” QUE NO PUEDES PERDERTE EN MÉXICO**
En un giro impactante, la música regional mexicana se ve sacudida por cinco videos prohibidos que han marcado la historia del género, revelando el oscuro lado de la fama. Desde el fatídico último concierto de Valentín Elizalde en 2006 hasta el escándalo que rodea a Gerardo Ortiz, estos clips han desatado controversias y censura, dejando a los fanáticos al borde de sus asientos.
El primer video, que documenta el último show de Elizalde, se ha convertido en un eco de teorías y especulaciones. Su canción “A mis enemigos” fue interpretada en un escenario que se suponía privado, pero el caos desatado esa noche está vinculado a eventos trágicos que sacudieron Tamaulipas, dejando a muchos cuestionando si la provocación fue la chispa que encendió el desastre.
Luego, el video de “Fuiste mía” de Gerardo Ortiz no solo fue eliminado de plataformas importantes, sino que llevó al cantante a enfrentarse a serios problemas legales. Considerado un punto de inflexión en su carrera, el video se convirtió en un símbolo de la tensión entre la libertad creativa y las normas sociales.
La lista continúa con el escalofriante “incidente del payaso” que dejó a todos los asistentes de un evento privado en estado de shock, cuando un payaso desató el caos en medio de la actuación de El Mimoso. Este video se ha vuelto un fenómeno viral, a pesar de su eliminación de redes.
Además, el video “Siempre pendiente” de Peso Pluma y Luis R. Conríquez fue censurado por su contenido provocador, que hacía referencia a figuras notorias y situaciones ilegales, desatando un debate sobre la glorificación de la violencia en la música.
Finalmente, “Cuerno a su lado” de Natanael Cano fue eliminado de su esperado álbum por sus controversiales referencias, encendiendo la ira de críticos y fans por igual. La presión sobre los artistas por parte de las plataformas de contenido está alcanzando niveles alarmantes.
Estos ejemplos subrayan cómo la música, a pesar de ser una poderosa forma de expresión, enfrenta duras restricciones cuando toca temas delicados. La pregunta que persiste es: ¿hasta dónde puede llegar el arte antes de convertirse en un problema para quienes lo regulan? La respuesta sigue siendo un misterio en el vibrante y turbulento mundo del regional mexicano.