Recientemente, el icónico grupo norteño Intocable se enfrenta a una tormenta de críticas tras las controvertidas declaraciones de su líder, Ricky Muñoz, que han encendido un intenso debate en las redes sociales. Durante un concierto, Muñoz dejó claro su desdén hacia los fans que demandan sus éxitos clásicos, afirmando que lo único que deberían hacer es “comprar mejores asientos”. Estas palabras, que muchos consideraron arrogantes, se producen en un contexto de creciente desconexión entre la banda y su leal base de seguidores.
El descontento estalló tras la cancelación de un show, donde la agrupación anunció que no habría reembolsos para los asistentes, agraviando aún más a un público que ha estado con ellos en sus momentos de gloria y tragedia. La historia de Intocable, marcada por el éxito y el dolor, incluye un trágico accidente en 1999 que se cobró la vida de varios de sus miembros y que dejó una herida profunda en el grupo.
A pesar de su legado musical impresionante, que ha producido éxitos como “Fuerte no soy” y “El perdedor”, la reciente actitud de la banda ha llevado a muchos a cuestionar si han perdido el rumbo. La distancia entre Intocable y sus seguidores más tradicionales se ha hecho palpable, y la frustración de los fans es evidente. ¿Acaso el grupo ha olvidado sus raíces y el cariño de quienes los apoyaron desde el inicio?
Con su nuevo álbum “Modus Operandi” programado para 2024, la pregunta persiste: ¿podrán reconciliarse con su público y recuperar la conexión que una vez los definió? La historia de Intocable sigue desarrollándose, pero la tensión actual podría marcar un punto de inflexión en su trayectoria. La música norteña observa atentamente cómo se desenvuelven estos acontecimientos, recordando que, en el mundo del espectáculo, una mala decisión puede cambiarlo todo en un instante.