¡GOLPE BAJO A MÉXICO! Este jueves, la Suprema Corte de Estados Unidos ha propinado un duro revés a México al bloquear la demanda contra los fabricantes de armas estadounidenses, quienes, según el gobierno mexicano, alimentan la violencia de los cárteles en el país. La decisión unánime de los nueve jueces ha dejado a México en un estado de impotencia, al afirmar que no se ha demostrado que las armerías actúen con la intención de abastecer a los criminales.

La demanda, presentada por Marcelo Ebrard cuando era secretario de Relaciones Exteriores, acusaba a empresas como Smith & Wesson de facilitar de manera deliberada el flujo de armas hacia el crimen organizado. Alarmantemente, datos del Departamento de Estado revelan que siete de cada diez armas utilizadas por delincuentes en México provienen de Estados Unidos. Sin embargo, la Corte ha cerrado el caso, argumentando que no hay pruebas suficientes para responsabilizar a los fabricantes. La jueza María Elena Kagan incluso sugirió que el tráfico de armas es un problema conocido, pero no culpa a las armerías.

El impacto de esta decisión es devastador. México se queda con las manos vacías mientras la violencia armada avanza sin control, y los fabricantes de armas celebran la impunidad. Ante esta situación, el gobierno mexicano ha anunciado que explorará otras vías legales, incluyendo un proceso en la Corte Interamericana y gestiones ante la ONU y la OEA. Sin embargo, la sensación de desamparo es abrumadora.

La violencia y la crisis de armamento en México están lejos de resolverse, y la falta de acción efectiva por parte de Estados Unidos plantea serias preguntas sobre la responsabilidad compartida en este conflicto. Mientras tanto, los cárteles siguen armándose, y el pueblo mexicano enfrenta una realidad insoportable. La lucha continúa, pero el camino es incierto.