Roberto Carlos, el icónico cantante brasileño, ha alcanzado más de 80 años de vida, pero su historia está marcada por un profundo dolor y pérdidas desgarradoras que han pasado desapercibidas para muchos. Conocido como “El Rey” de la música latinoamericana, su carrera ha sido un sinfín de éxitos y canciones inolvidables, pero detrás del brillo de su fama se oculta una vida llena de tragedias personales.
Nacido el 19 de abril de 1941 en Itapemirim, Brasil, su infancia estuvo marcada por la alegría y el amor familiar, pero a los 6 años un accidente cambió su vida para siempre: un tren le amputó parte de su pierna. A pesar de esta adversidad, su pasión por la música lo llevó a convertirse en uno de los artistas más reconocidos de la región, vendiendo más de 150 millones de discos y superando a leyendas como The Beatles y Elvis Presley en popularidad.
Sin embargo, la vida le ha cobrado un alto precio. La muerte de su primera esposa, Cleonice, por cáncer de mama en 1990, dejó una herida imborrable en su corazón. Más tarde, la pérdida de su hijo Dudu, quien luchó valientemente contra el cáncer, sumió a Roberto en una tristeza profunda y devastadora. Su resiliencia ha brillado en medio de estas tragedias, pero la sombra del dolor lo ha acompañado en sus últimos años.
A pesar de enfrentar el implacable paso del tiempo y la tristeza que lo rodea, Roberto Carlos sigue en pie, emocionado por volver a los escenarios. Su música continúa resonando en el corazón de millones, y cada concierto es un homenaje a aquellos que ha perdido. Sin duda, su legado perdurará, pero su vida es un recordatorio conmovedor de que detrás de la fama, a menudo se esconden historias de lucha y sufrimiento.