La hermana de Sarais González ha vivido su peor pesadilla tras la desaparición de la joven venezolana, reportada como desaparecida el 21 de febrero en Temuco, Chile. A pesar de la inacción de las autoridades, fue su propia hermana quien tomó la iniciativa de buscarla, enfrentándose a una realidad desgarradora.
La angustia de la hermana creció al sospechar del novio de Sarais, Jason Barrio, quien ya contaba con antecedentes de agresiones. Decidió investigar por su cuenta y se dirigió al apartamento de su hermana, incluso trepando un edificio para llegar a un balcón. Fue en ese momento que descubrió lo inimaginable: el cuerpo sin vida de Sarais. Su reacción fue instantánea y desgarradora, un grito de desesperación que resonó en las redes sociales, conmocionando a miles de personas.
La hermana denunció la negligencia de las autoridades, cuestionando la falta de acción ante una situación tan crítica. “Se lo dije, mi hermana estaba aquí”, expresó entre lágrimas, señalando la responsabilidad que recae en la policía por no haber intervenido a tiempo. La comunidad se ha unido en torno a este doloroso caso, que pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mujeres y la importancia de una respuesta eficaz ante la violencia de género.
Este trágico suceso no solo ha dejado un profundo impacto en la familia de Sarais, sino que también ha despertado un debate sobre la competencia y la rapidez de las autoridades al abordar casos de desapariciones. La historia de Sarais González se convierte en un llamado a la acción, recordando que la vida de cada persona es invaluable y que la atención a estas situaciones debe ser inmediata y efectiva.