En 1954, el estudiante de posgrado Hugh Everett III de la Universidad de Princeton presentó una idea revolucionaria sobre la mecánica cuántica: la existencia de universos paralelos. Durante una conversación con amigos, sugirió que, en lugar de una única realidad, podría haber un multiverso donde todas las posibilidades coexisten. Aunque su teoría fue inicialmente desestimada, con el tiempo ha cobrado relevancia tanto en la física como en la cultura popular.
Desde la antigüedad, la noción de universos paralelos ha fascinado a pensadores y filósofos. Textos hindúes y teorías griegas, así como afirmaciones de figuras medievales, han postulado la existencia de múltiples realidades. Sin embargo, la ciencia moderna ha comenzado a explorar esta idea más a fondo, generando debates sobre su viabilidad.
Los universos paralelos, o multiversos, son un conjunto hipotético de realidades que abarcan todo lo que conocemos: espacio, tiempo y leyes físicas. A lo largo de los años, varios incidentes históricos han sido reinterpretados a través de esta lente, desde el enigmático caso de las hermanas Mly y Jordan, que afirmaron haber viajado en el tiempo, hasta el misterioso barco Utsuro Bune, que supuestamente albergaba a una joven de otro mundo.
Investigaciones recientes han ofrecido indicios de que el multiverso podría ser más que una simple especulación. En 2010, un equipo de científicos descubrió patrones inusuales en el fondo cósmico de microondas, sugiriendo que nuestro universo podría haber colisionado con otros. Además, la exploración de dimensiones desconocidas y la búsqueda de nuevos hallazgos continúan ampliando nuestra comprensión del cosmos.
A pesar de la incredulidad de algunos científicos, la idea de universos paralelos sigue siendo un tema atractivo que desafía nuestra percepción de la realidad. Mientras la humanidad continúa explorando los confines del universo, la posibilidad de que existan realidades alternativas no puede ser descartada. El misterio de los universos paralelos invita a cuestionar no solo la naturaleza del cosmos, sino también nuestra propia existencia dentro de él.