Chuck Norris, el icónico héroe de acción conocido por su imbatible imagen en la pantalla grande, ha sorprendido al mundo con su impresionante patrimonio neto, estimado en 80 millones de dólares. Desde sus humildes comienzos en Oklahoma hasta convertirse en una leyenda global, su historia es un testimonio de perseverancia y éxito.
Norris comenzó su viaje en 1958 al unirse a la Fuerza Aérea, donde descubrió el taekwondo, una disciplina que le cambiaría la vida. A lo largo de su carrera, desarrolló su propio estilo de artes marciales, el Chun Kuk Do, y abrió una cadena de escuelas de karate, entrenando a celebridades como Steve McQueen y Priscilla Presley. Sin embargo, su éxito no fue inmediato; sufrió derrotas antes de alcanzar la fama mundial al ganar el campeonato de karate al American en 1967.
Su carrera cinematográfica despegó en los años 70, destacándose en películas como “El furor del dragón”, donde se enfrentó a Bruce Lee. A partir de ahí, Norris continuó cosechando éxitos en Hollywood, convirtiéndose en un referente del cine de acción con títulos como “Desaparecidos en acción” y “El lobo solitario”.
Más allá de su faceta como actor, Norris ha cimentado un imperio financiero. Ha realizado inversiones significativas en bienes raíces, incluyendo un rancho en Texas y una mansión en California. Su empresa de equipos de entrenamiento, Total Gym, ha sido un gran aporte a su fortuna, al igual que sus libros sobre artes marciales y superación personal, que han vendido millones de copias.
Chuck Norris también ha dejado una huella notable en el ámbito social y humanitario. Fundó la United Fighting Arts Federation, enfocándose en ayudar a jóvenes en riesgo, y ha apoyado a veteranos de guerra y diversas causas benéficas. Su influencia y compromiso van más allá del cine, mostrando que es un verdadero ícono no solo en artes marciales, sino también en la vida misma. Sin duda, su legado perdurará en la historia como una leyenda que ha sabido combinar éxito, disciplina y generosidad.