Nicolás Maduro ha lanzado un ataque contundente contra el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en medio de un creciente escándalo que sacude a Venezuela. En un discurso lleno de fervor patriótico, Maduro denunció las acciones de Estados Unidos como una “guerra multiforme” contra su país, acusando a la administración Trump de violar el derecho internacional y de intentar desestabilizar el gobierno venezolano.
Durante su alocución, Maduro enfatizó la unidad nacional necesaria para enfrentar lo que calificó como una amenaza inminente. “Las acechanzas y amenazas han despertado un sentimiento especial de amor por el derecho que tenemos a existir”, afirmó, instando a todos los sectores de la sociedad venezolana a unirse en defensa de la soberanía del país. La retórica del presidente se centró en la autodeterminación y la resistencia ante lo que considera agresiones externas.
El mandatario también hizo un llamado a la reconciliación y a la paz, destacando la importancia de resolver los problemas internos sin intervención extranjera. “Los asuntos de los venezolanos siempre deben ser resueltos por nosotros, los venezolanos”, subrayó, rechazando cualquier forma de intervención militar.
Este discurso se produce en un contexto de tensión creciente, donde se han registrado movilizaciones y un fuerte repudio por parte de la población hacia las amenazas militares de Estados Unidos. La respuesta de Maduro refleja no solo su estrategia política, sino también un intento de galvanizar el apoyo popular en un momento crítico para su administración.
La situación en Venezuela sigue siendo volátil, y la comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan estos eventos. La urgencia de la situación es palpable, y el futuro del país podría depender de la capacidad de su gobierno para mantener la cohesión interna y enfrentar las presiones externas.