**Maduro y Trump se declaran la guerra: la tensión entre Venezuela y EE.UU. alcanza un nuevo nivel**
En un giro dramático de los acontecimientos, Nicolás Maduro ha lanzado un ataque frontal contra el presidente Donald Trump y Estados Unidos, desatando una crisis diplomática que amenaza con escalar hacia un conflicto abierto. El dictador venezolano ha decidido romper relaciones con EE.UU. y ha declarado que no aceptará más vuelos con venezolanos deportados, una medida que podría provocar nuevas sanciones y un aumento de las tensiones entre ambos países.
Maduro, en un discurso incendiario, acusó a Estados Unidos de autodestruirse y de querer arrastrar a Venezuela a una guerra mundial. “No podemos dejar que el imperialismo le vuelva a hacer daño a Venezuela”, afirmó, mientras arremetía contra lo que considera un colonialismo moderno. La reciente decisión de EE.UU. de retirar la licencia a Chevron, un gigante petrolero con una larga historia en el país, fue calificada por Maduro como el “error más grande” de Trump.
Con un tono desafiante, el líder venezolano se presenta como un baluarte contra lo que él denomina el imperialismo, afirmando que su pueblo está más unido que nunca para enfrentar las adversidades. Sin embargo, sus palabras son un reflejo de la creciente desesperación en un régimen que enfrenta una crisis económica y social sin precedentes.
Mientras tanto, se intensifica la preocupación internacional por las posibles repercusiones de este conflicto. La comunidad global observa con atención, temiendo que esta escalada retórica pueda llevar a acciones más agresivas por parte de ambos lados. Las voces de oposición en Venezuela, como María Corina Machado, son atacadas por Maduro, quien las señala como parte de un complot para desestabilizar su gobierno.
La situación es volátil y se desarrolla rápidamente. Los próximos días serán cruciales para determinar si esta guerra de palabras se convertirá en un enfrentamiento real. La comunidad internacional debe actuar con rapidez para evitar que una crisis ya peligrosa se convierta en un conflicto abierto. La paz y la estabilidad de la región están en juego, y el tiempo corre.