Una tragedia impactante ha sacudido a Argentina: la familia Selzer Leguisamón, que parecía la encarnación de la felicidad, ha sido despojada de su vida en un suceso desgarrador. Este miércoles 21 de mayo, la empleada doméstica de la familia encontró una escena escalofriante en su hogar. Ivo, de 12 años, y su hermano Ian, de 15, yacían sin vida en medio de un charco de sangre, junto a sus padres, Adrián y Laura. La aparente calma del hogar se había convertido en un escenario de horror.

La investigación ha revelado que Laura, la madre, fue la perpetradora del crimen. Según informes forenses, atacó a su familia mientras Adrián dormía, antes de dirigirse a sus hijos, quienes intentaron defenderse pero fueron superados. Tras el ataque, Laura se autolesionó gravemente, encontrando su final en el baño. La escena del crimen no mostraba signos de lucha ni de robo, lo que ha llevado a los investigadores a descartar cualquier hipótesis que no involucre un acto deliberado por parte de la madre.

Un hallazgo inquietante fue una carta manuscrita en la que se perciben fragmentos de angustia y desesperación, donde Laura se disculpa y menciona que “ya había sido mucho”. Esta carta, junto a su historia de problemas de salud mental, ha dejado a la comunidad conmocionada y reflexionando sobre la gravedad de la salud psiquiátrica en la sociedad actual. Laura había estado bajo tratamiento psiquiátrico y sus allegados habían notado cambios alarmantes en su comportamiento en las semanas previas al crimen.

La noticia ha causado un revuelo en los medios y redes sociales, generando un debate sobre la salud mental y la prevención de tragedias como esta. La causa judicial sigue abierta y las familias de las víctimas se enfrentan a un duelo desgarrador, separados por el dolor y la incomprensión de lo que ha sucedido. La tragedia de la familia Selzer Leguisamón es un recordatorio sombrío de que, a menudo, las apariencias engañan.