Pakistán ha sacudido el mundo al humillar a Israel durante una reunión crucial en la ONU, mientras el Secretario General denuncia la devastadora crisis humanitaria en Gaza. En un informe desgarrador, se revelan niveles de sufrimiento que desafían la comprensión, con familias palestinas desplazadas y confinadas a menos del 1% del territorio de Gaza. La situación es crítica: más de 5,100 niños han sido tratados por desnutrición aguda en solo un mes, mientras que la violencia ha dejado más de 6,500 muertos desde el colapso del alto el fuego en marzo.

El representante de Pakistán en la ONU no se contuvo, acusando a Israel de violaciones flagrantes de la ley internacional y exigiendo una rendición de cuentas inmediata. En un discurso apasionado, subrayó que la nueva mecánica de distribución de ayuda no solo es ilegal, sino que pone en peligro a los civiles hambrientos, obligándolos a cruzar zonas de combate activas en busca de alimentos y agua. Más de 500 personas han muerto en este intento desesperado por acceder a la ayuda humanitaria.

La situación no se limita a Gaza; la violencia se ha intensificado en Cisjordania, donde más de 949 palestinos, incluidos 200 niños, han perdido la vida desde octubre de 2023. Pakistán exigió un alto al fuego inmediato y el levantamiento del bloqueo humanitario, instando a la comunidad internacional a apoyar un plan de recuperación en Gaza, vital para restablecer la esperanza y construir una paz duradera.

Este momento crítico marca un punto de inflexión en el conflicto árabe-israelí, y la ONU no puede permanecer como espectador. La pregunta de Palestina sigue siendo el núcleo del conflicto, y la urgencia por una acción clara y decisiva nunca ha sido tan apremiante. La comunidad internacional debe actuar ahora para poner fin a la ocupación ilegal y restaurar los principios de justicia y paz que la ONU promulga.